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FIESTA NACIONAL DE LA ISLA Y EL HABITANTE ISLEÑO Acceso libre

El objetivo primordial de esta fiesta, que se celebra a la vera del río Paraná de las Palmas durante cuatro días en el mes de noviembre, consiste en potenciar el desarrollo turístico de la zona y fortalecer los vínculos comunitarios a través de actividades deportivas y culturales.

Entre las diversas propuestas que ofrece esta celebración se destacan la ceremonia de encendido del "fuego de los isleños" en la isla Martín García y la recepción de la "antorcha de la amistad" en el puerto de Escobar, un desfile de grupos típicos de aldeanos y músicos, la feria de artesanías y el lanzamiento de ofrendas florales al río.

También forman parte del evento el ya tradicional desfile de embarcaciones deportivas ornamentadas, las características peñas folklóricas, el Festival de las Costumbres Isleñas Europeas y el Festival Cultural de las Islas del Mundo.

El origen de la fiesta, que en 2018 fue declarada de interés cultural por la Cámara de Diputados de la Nación, se remonta a 1990 cuando se realizó la Primera Fiesta Regional de la Isla y del Habitante Isleño a instancias de un grupo de vecinos de Escobar que decidieron reunirse para promover el turismo en la zona y al mismo tiempo crear un evento que estrechara los vínculos sociales de sus habitantes.

En 1993, por decreto de la Presidencia de la Nación, la celebración pasó a tener categoría de Fiesta Nacional. A partir de ese momento, se organiza anualmente y cada año integra diferentes propuestas para seguir contribuyendo al incremento de asistentes que aumenta de manera progresiva.

Belén de Escobar, ciudad anfitriona del evento y declarada Capital Nacional de la Flor, fue fundada oficialmente el 4 de marzo de 1877 y, anteriormente a la llegada de los españoles, el pueblo originario que habitaba la zona eran los guaraníes. Luego de la conquista, estas tierras fueron las primeras que repartió Juan de Garay tras la segunda fundación de Buenos Aires. El primer dueño fue Pedro de Savas y Espeluca, y en 1582 fueron cedidas a Alonso de Escobar, motivo por el cual el predio pasó a ser conocido como Cañada de Escobar y, posteriormente, Isla de Escobar. El otro componente del nombre, Belén, se debe a que la propietaria que años más tarde vendería los territorios para fundar el pueblo, Eugenia Tapia de Cruz, era devota del Niño Jesús, y decidió que el futuro asentamiento se llamara igual que el lugar donde nació el nazareno.

Españoles y criollos poblaron las consecutivas subdivisiones de ese territorio originariamente guaraní hasta que en las postrimerías del siglo XIX llegó a este paraje el Ferrocarril de Buenos Aires y Campana, y se construyó allí una estación que fue denominada Escobar. El ferrocarril fue clave para que Eugenia Tapia de Cruz, la propietaria de los terrenos aledaños al primitivo apeadero, decidiera mensurar unas ochenta hectáreas para la creación de un pueblo. Por eso se toma como fecha fundacional el día en que comenzó el remate del pueblo de Belén.

En 1959 se creó el partido de Escobar y un año después, por decreto provincial, se otorgó la categoría de ciudad al pueblo de Belén de Escobar.