Para celebrar la recuperación de la producción de vino artesanal en la zona de Berisso y fomentar su crecimiento, se organiza esta fiesta provincial. En el evento se puede degustar vinos, visitar los viñedos, recorrer la feria artesanal y los puestos gastronómicos.
Desde el año 2004, cada mes de julio en Berisso tiene lugar una fiesta del vino. El cultivo de la vid y la elaboración artesanal de vino tienen una larga tradición en la región y, tras haber sido abandonada por mucho tiempo, fue recuperada en los últimos años. Para celebrar y para fomentar la recuperación de esta producción, la municipalidad de Berisso organiza este evento que ha sido declarado Fiesta Provincial.
El inicio del invierno anuncia que el proceso productivo ha finalizado y el Vino de la Costa está listo para ser consumido. Por ese motivo, los productores y consumidores celebran un año de trabajo y homenajean al fruto de este esfuerzo, que permite continuar con una larga tradición de fabricación de vinos caseros. El evento ofrece diversas actividades. El concurso de vinos motiva a los productores artesanales a presentar sus mejores productos, se puede degustar Vino de la Costa y productos de la región y de productores invitados y hay espectáculos artísticos. Además, en la feria artesanal se realizan artesanías en vivo. El patio de comidas ofrece platos típicos de colectividades extranjeras y recetas criollas, y se puede presenciar demostraciones de cocina profesional. Los productores organizan visitas guiadas a los viñedos para que los visitantes conozcan más de esta producción; también por la calle Nueva York de la ciudad de Berisso, declarada lugar histórico nacional por haber sido el escenario de los eventos de 17 de octubre de 1945.
El vino de la costa es el resultado de la adaptación de la vid americana bajo el sistema de parral a las condiciones locales en las quintas de la provincia de Buenos Aires. Se destaca por su aroma frutado y sabor característico. Se inició a comienzos de siglo, mientras Berisso se poblaba de inmigrantes que se establecían en torno al puerto y trabajaban en las industrias. El vino local llegó a ser un producto que se producía de manera artesanal pero masiva. Sin embargo, desde la década de 1960 comenzó a ser desplazado por el vino cuyano y sus condiciones de producción se vieron afectadas por las crecidas extraordinarias del Río de la Plata y por las dificultades para la continuidad de la producción en las quintas. Su recuperación en la última década es motivo de festejo.
La historia de Berisso comienza con el inicio de la actividad del primer saladero en 1871, fundado por Juan Bautista Berisso, un inmigrante genovés que se trasladó desde la ciudad de Buenos Aires a esta zona en el último cuarto del siglo XIX. La actividad del saladero era de gran importancia en un momento en que la economía se especializaba en la producción de carnes para la exportación. Los aproximadamente 300 trabajadores del establecimiento se instalaron en la zona dando origen a la actual ciudad. Más tarde la actividad de los saladeros declinó y, entonces, la construcción de un puerto y el establecimiento de frigoríficos colaboraron en el restablecimiento del empleo en la región. La industria frigorífica tuvo un gran impacto en la sociedad de Berisso ya que atrajo y empleó a miles de inmigrantes europeos recién llegados al país.