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FESTIVAL PRE-COSQUÍN Acceso libre

La localidad de Azul es una de las sedes del Pre-Cosquin, el certamen que congrega artistas de toda la región y selecciona a los que participarán del festival folklórico de Cosquín en Córdoba, uno de los más importantes del cono sur.

Los músicos compiten en los rubros solista vocal femenino o masculino, conjunto vocal o instrumental, solista instrumental y canción inédita. Por su parte los bailarines se presentan para las categorías malambo individual, pareja de baile de folklore, tango o ballet.

En este marco, el festival consiste en dos jornadas de espectáculos que se llevan a cabo en el Complejo Cultural San Martín. Luego se puede disfrutar de un momento de diversión y socialización en la peña que se organiza en una carpa ubicada en la Plaza de la Madre. Allí se hacen presentes los artesanos que exponen y venden su producción. 

El Pre-Cosquín tiene como objetivo incentivar a los artistas locales y de la región a participar por la posibilidad de acceder a un escenario de gran relevancia como es el de Cosquín, presentándose frente a un jurado especializado en cada rubro. De esta manera, la escena folklórica argentina suma también nuevos talentos cada año. 

Azul se fundó el 16 de diciembre de 1832 con la creación de un fuerte para contener los malones mediante los cuales los propietarios naturales de esas tierras intentaban defenderse de los invasores criollos y europeos. A dicho fuerte se lo llamó Fuerte del Arroyo Azul o Fuerte de San Serapio Mártir del Arroyo Azul. El origen de ese nombre corresponde al idioma de los Pampas, pueblo originario que habitaba la zona antes del desembarco del hombre blanco y que la llamaba Calvu Leovu, que significa Arroyo Azul. Esto se debe a que el arroyo del lugar presentaba una abundancia de forrajera cuyas florecillas brindaban una tonalidad azulada a sus aguas. Estas tierras pertenecieron a los Pampas hasta 1829, año en el que el gobierno de Buenos Aires expidió un decreto para la colonización de la región mediante el establecimiento de una fortaleza militar que tenía la misión de proteger las propiedades de los colonos criollos y europeos. 

Gracias al éxito logrado en términos sociales y económicos hacia 1895, el pueblo, que ya era un destacado centro agrícola-ganadero, fue declarado ciudad en octubre de ese año. En la segunda década del siglo XX ya era una población próspera que, además de desarrollar las industrias del cuero y la carne, fabricaba cerveza, jabones, velas y contaba con un banco formado por capitales locales.