Cada fin de diciembre las calles de los barrios platenses se convierten en verdaderos talleres de construcción, donde personajes y acontecimientos destacados del año son convertidos en muñecos a ser quemados en la noche del 31.
Esta tradicional costumbre ha evolucionado desde los primeros “momos” con ropas viejas y cartones, a las increíbles mega estructuras actuales.
La historia de la quema de muñecos en la ciudad de La Plata comenzó hace muchos años, cuando un grupos de jóvenes se juntaron para el crear el mejor muñeco y luego paradójicamente, quemarlo el último día del año. Esta tradición data de los años 50, cuando se armó el primer muñeco en las calles 10 y 40.
Algunos cuentan que el primer muñeco gigante fue en homenaje al club Defensores de Cambaceres, quienes unos días antes se habían consagrado campeones de la Liga Amateur Platense. Desde el payaso con el letrero de "Cambaceres campeón 1956", los muñecos evolucionaron y se fueron perfeccionando año tras año. En el año 2000, La Plata fue declarada "Capital Nacional del Muñeco de Fin de Año".
En el año 2011 unos 150 jóvenes de distintos barrios platenses, conformaron la Asociación Muñecos de La Plata, que agrupaba a referentes de cada uno de las zonas donde a fin de año se construyen los tradicionales momos que se queman el 31 a la medianoche.
Uno de los objetivos de la entidad, era la de crear un Museo del Muñeco, además de coordinar acciones para organizarse y hacer de esta costumbre un atractivo turístico, y por otro lado evitar el uso de pirotecnia no permitida.
Actualmente unos 15 o 20 días antes del 31, los chicos del barrio, sus familias, amigos comienzan con el armado de las estructuras de hierro y madera, a la que aplican papel maché y papel diario, que tras rellenarlo con pirotecnia, luego pintan con aerosol o pincel.
La quema de muñecos es una tradición de la región de La Plata, Berisso y Ensenada, en la que a última hora del 31 de diciembre se incineran “momos” para festejar el fin de año y el comienzo de un nuevo ciclo. Esta celebración, que nació en 1956, en la esquina de las calles 10 y 40, se realiza en distintos barrios, donde se decoran los árboles con guirnaldas y luces. Los muñecos son elaborados por niños, adolescentes y adultos, que recaudan fondos con la colaboración de comerciantes de la zona. Y estos muñecos –que representan personajes infantiles, animales, figuras del deporte, el arte, la cultura o la política– se erigen sobre estructuras de madera, hierro y alambre, y se revisten con papel de diario y papel maché, que luego se pinta.
Para inscribirse quienes estén interesados/as podrán preinscribirse ea través de la web. Luego, deben presentarse en la sede de Control Ciudadano (calles 20 y 50), de lunes a viernes de 15 a 22, con copia de DNI y un boceto con las medidas del muñeco. La/El responsable debe ser mayor de 21 años y contar con residencia en un rango máximo de 500 metros respecto de la ubicación solicitada para instalar el “momo”.
Los muñecos no pueden exceder los 6 metros de alto, 3 de ancho y 3 de largo. Su emplazamiento deberá contemplar un radio de seguridad de tres veces su altura, entre otras condiciones. No se podrán colocar elementos pirotécnicos o explosivos en el interior de las estructuras para brindar garantías de seguridad a los asistentes y no generar malestar, ni daños auditivos en personas y animales.
La clásica celebración cuenta con trofeos y premios para los ganadores elegidos por el jurado, compuesto por tres personas de la Secretaría de Cultura y Educación de la rama de artes plásticas más cuatro integrantes históricos que han sido parte de la tradición de los muñecos de la ciudad. Ese cuerpo debe premiar en cada una de las seis categorías dispuestas para este año.
Esta celebración acompaña a las y los platenses desde 1956 y es esperada con mucho gusto, ya que reúne a las/los vecinos, a las familias, amigos/as, ya que pueden encontrarse dentro del barrio o en las proximidades y brindar por el año nuevo.