Este evento, que dura cinco días a mediados del mes de octubre, es un homenaje a los laboriosos artesanos termeños que sostienen con su esfuerzo cotidiano la vigencia de un arte milenario basado en la utilización de materiales vegetales autóctonos.
Las artesanías confeccionadas con materiales naturales típicos de la región como la chala de choclo, el unquillo, el chaguar y la totora –con los que se confeccionan piezas de singular belleza y colorido– son las vedettes de esta celebración, en la que también se conjugan los espectáculos musicales, las comidas tradicionales y las danzas folclóricas.
Marcela Morelo, Peteco Carabajal, Duo Coplanacu, Juan Saavedra, Mario Alvarez Quiroga, Franco Ramirez, Santiago Suarez, Fabian Lizarraga son algunos de los artistas que han animado este evento, cuya oferta gastronómica, por su parte, ofrece los clásicos tamales, locro, humitas y empanadas santiagueñas, además del concurso de Asadores de Cabrito.
La cestería decorativa, una de las artesanías de mayor vigencia en Santiago del Estero, data de tiempo inmemorial en el territorio que hoy conocemos como Noroeste Argentino. Se trata de una actividad que, de acuerdo con los hallazgos arqueológicos hasta la fecha, se viene llevando a cabo desde hace más de 5.000 años en la región.
Termas de Río Hondo, cuna de la celebración, es la ciudad cabecera del departamento de Río Hondo, a la vera del Río Dulce en el oeste de la provincia de Santiago del Estero, y el principal centro termal tanto del país como de América del Sur.
Obtuvo la categoría de ciudad en septiembre de 1954. Su nombre original fue Miraflores, y su fama, muy anterior incluso a esta denominación. En la época precolombina las “aguas milagrosas” del Misky Mayu –como se conocía en quechua al río que los españoles rebautizaron Dulce– atrajeron a las máximas autoridades del Tawantinsuyu o Imperio Inca, quienes organizaron largas caravanas desde Cuzco para conocer el prodigio de estas aguas calientes que para ellos tenían una procedencia divina ya que, creían, sus manantiales traían el fuego de la tierra y daban milagrosamente la salud al sufriente o al enfermo.
Antes de la invasión española iniciada en 1536 la zonaestaba habitada por la etnia de los Tonocotés –rebautizados Juríes por las fuerzas invasoras–, quienes además de practicar la agricultura y el tejido desarrollaron una avanzada alfarería y un tallado de piedra muy elaborado. Su principal área de cultivo era una depresión paralela al río Dulce que regaban por inundación.
Al norte y al oeste de los Tonocotés se asentaban los Lules, que presentaban una cultura material bastante semejante aunque con mayores influjos andinos. Al suroeste se ubicaban los Quechuas; al este, los Vilelas y Mocovíes; y al sur se encontraban los Sanavirones. La zona del noreste la transitaban los Wichís y los Tobas de la parcialidad conocida como macomita.
La Fiesta Nacional del Canasto, que va por su trigésimo tercera edición, concluye con la elección de la reina del evento y la premiación de los artesanos, cuya producción es evaluada en base a la calidad de la confección así como del valor artístico y estético del objeto.