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FIESTA NACIONAL INTI RAYMI Acceso libre

Este evento, que se lleva a cabo en la segunda quincena de junio, consiste esencialmente en una ceremonia ancestral de los pueblos originarios de América Latina en la que se pide por la renovación espiritual, por el trabajo, la salud y la armonía entre los hombres y la naturaleza.

Cuenta con la presencia de miles de integrantes de pueblos originarios de todo el continente y de autoridades indígenas de Bolivia, Guatemala, Ecuador, Colombia, Paraguay y Argentina. En el marco de la celebración se realizan ceremonias ancestrales heredadas de los primeros habitantes de América Latina, y se intercambian además danzas, canciones, conocimientos y diversas tradiciones culturales propias de nuestros antepasados.


La festividad suele reunir a miembros de los pueblos Kolla, Ava Guaraní, Tupi Guaraní, Qom, Mocovi, Mapuches, Comechingones, Diaguitas, Quilmes, Chorotes, Aymaras, Mayas, Uitotos, Piratapuyo, Pilagá, y Charrúas, entre otras comunidades y organizaciones indígenas.


Mama Killa, amauta o líder espiritual del Estado Plurinacional de Bolivia que preside Evo Morales, ha sido una de las autoridades encargadas de encabezar la ceremonia en la que se le pide al “abuelo fuego” que consuma toda energía que no concilie el equilibrio entre el hombre y la naturaleza.


La dirigente social Milagro Sala, Raúl Noro y el amauta paceño Limber Nina son algunos de los representantes de los pueblos originarios que han participado de estas ceremonias en las que se realizan ofrendas al Padre Sol y a la Madre Tierra.


El evento tiene por epicentro a la réplica del templo de Kalasasaya, en el barrio de la Tupac Amaru en Alto Comedero, en las afueras de San Salvador de Jujuy, donde los sikuris comienzan a sonar desde temprano.


El nombre de la ciudad que alberga esta fiesta tiene una raíz católica (San Salvador) y una indígena (Jujuy) ya que el pueblo originario que habitaba la región era el conocido como los Jujuí, una parcialidad de la etnia omaguaca.


Su fundación, que atravesó varias etapas, tenía por objeto establecer una escala en la ruta comercial entre Tucumán y el Virreinato del Alto Perú. El Conde de Nieva, virrey del Alto Perú, hizo fundar varias aldeas en lugares estratégicos y ordenó al gobernador de Tucumán, Juan Pérez de Zurita, que fundara una nueva localidad en el valle de Jujuy. En agosto de 1561, en las tierras altas de la orilla norte del río Xibi Xibi, Pérez de Zurita fundó una ranchería a la que bautizó Nieva, en honor al virrey. (Actualmente en ese sitio se encuentra el barrio Ciudad de Nieva.) Sin embargo, a causa del régimen de esclavitud establecido en la zona por influencia del español que entonces gobernaba Chile, los pueblos originarios se sublevaron y destruyeron, entre otros asentamientos, la aldea de Nieva. Como los españoles de Chile y de Perú codiciaban la región del Tucumán, el rey emitió en 1563 una cédula que hacía de este territorio una gobernación autónoma, segregada del Perú. Doce años después, en octubre de 1575, se fundó allí la aldea de San Francisco en la Nueva Provincia de Álava, nombre que remitía a la provincia de Álava en el País Vasco. Pero al cabo de siete meses esta ranchería también fue incendiada por los pueblos originarios de la zona. Finalmente, en abril de 1593 se realizó la fundación que se conmemora en nuestros días.


San Salvador, clave en la guerra independentista y bastión del Ejército del Norte liderado por Manuel Belgrano, se convirtió en capital de la provincia de Jujuy cuando se separó de Salta en 1834.  


De la Fiesta Nacional del Inti Raymi suelen participar el Consejo Plurinacional Indígena, la Unión Diaguita, el Movimiento Indígena Abya Yala y las comunidades de Queñualito, Tusaquilla, Maymaras, Colonia, Huacalera, Perchel, Valle Grande San Francisco, el Pueblo Ava Guaraní de Yuto, Bananal, Caimancito, El Talar, Vinalito, Calilegua, Fraile Pintado, Chalican, Arrayanal, Piquete, El Canal, San Pedro y los pueblos Wichi, Mocovi, Qom y Kolla.