Esta fiesta, que se celebra durante ocho días en el mes de marzo, tiene por objetivo primordial evocar las tradiciones de la comunidad valenciana en la Argentina, y una de sus características más sobresaliente es la realización de una gran paella popular.
Valencia vive en Mar del Plata, con toda su gracia, con los aromas y colores de sus costumbres, cada año en el mes de marzo cuando los descendientes de esa comunidad española sacan a relucir el legado de sus tradiciones por las calles marplatenses.
Bailes valencianos, un delicioso concurso de paellas, la clásica cabalgata del Ninot, una quema de figuras hechas con papel y cartón que miden más de cinco metros de altura y un show artístico que se lleva a cabo en la Plaza Colón las actividades destacadas de este evento.
El almuerzo de confraternidad, cuyo plato simbólico es la paella, ofrece además platos como carpaccio de atún fresco o una entrada de palta reina y postres como los típicos alfajores marplatenses.
En el marco de la celebración, de la que participan no sólo la comunidad valencia de la ciudad y alrededores sino también vecinos de Mar del Plata y turistas, se realiza la entrega simbólica del Monumento Fallero al intendente. La ceremonia de encendido del fuego del Monumento Fallero la protagonizan la Reina del Fuego y el Fallero Mayor.
Organizada por la Unión Regional Valenciana, esta fiesta ofrece un espectáculo de fuegos artificiales además de la actuación de artistas locales y de gran relevancia a nivel nacional.
Mar del Plata, sede de este evento, fue fundada con su nombre actual en 1874 por Patricio Peralta Ramos en un territorio en el que había funcionado una misión jesuítica llamada Nuestra Señora del Pilar del Volcán. Peralta Ramos le compró en 1860 esas tierras a José Coelho de Meyrelles, responsable de hermanar las relaciones comerciales con Brasil gracias a las cuales los pobladores de aquella zona encontraron en esa época la estabilidad necesaria como para asentarse.
Otra personalidad destacada en la historia marplatense fue Pedro Luro, quien continuó con la actividad ganadera de la ciudad y dinamizo su matriz de producción a partir de la incorporación de la agricultura como parte necesaria de un perfil productivo diversificado. Luro impulsó, además, un programa de viviendas para aquellos que deseaban instalarse en Mar del Plata.
La llegada del ferrocarril le abrió paso a una nueva característica que aún hoy acompaña y distingue a Mar del Plata: el turismo. Inspirada en la arquitectura del sur de Francia, a tal punto que se la conocía como la Biarritz argentina, la ciudad se convirtió, en una primera instancia, en el destino turístico preferido de la clase acomodada de la ciudad de Buenos Aires.
En 1888, tras la inauguración del hotel Bristol y ya con la ciudad afianzada como plaza turística, desde la municipalidad se sancionó un "reglamento de baños", instrumento legislativo que venía a regular el goce y disfrute del ocio en las playas. Este reglamento prohibía, por ejemplo, que la gente se bañara desnuda en el mar; también establecía que hombres y mujeres no podía mezclarse, y penalizaba el uso de instrumentos de larga vista durante el horario de baño. Tampoco permitía a los hombres aproximarse a la orilla donde se bañaban las señoritas.
Recién a mediados del siglo XX, gracias a las conquistas sociales introducidas por el peronismo, Mar del Plata dejó de ser un balneario exclusivo de la clase alta porteña y pasó a convertirse en un destino turístico accesible para la clase media. Este cambio fue posible por la avanzada legislación laboral del peronismo que, entre otras medidas, permitió a los trabajadores percibir un aguinaldo y vacaciones, y desarrolló una política de Estado que contemplaba el turismo social.
Más allá del festival internacional de cine que tiene lugar en la ciudad todos los años, Mar del Plata ganó notoriedad mundial en 2005 cuando fue anfitriona de la IV Cumbre de las Américas, donde los pueblos que hoy componen la UNASUR enterraron, a través del voto de sus representantes, la vocación imperial de Estados Unidos al rechazar el tratado de libre comercio propuesto por el país norteamericano.
La Semana Fallera Marplatense culmina con un desfile de carrozas por las calles céntricas de la ciudad y con la posterior elección de la Fallera Mayor y de la Fallera Infantil.