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FIESTA NACIONAL DEL MONDONGO Y LA TORTA FRITA Acceso libre

Esta fiesta, que se celebra el día del trabajador, tiene por objetivo fundamental incentivar el desarrollo tanto del turismo como de actividades y emprendimientos sostenibles que generen una identidad propia, fuentes de empleo y recursos genuinos para favorecer el arraigo en la zona.

Un delicioso mondongo popular, condimentado con la singular cordialidad de los habitantes de Santa Coloma, y las irresistibles tortas fritas –desde luego acompañadas con un amargo o un dulzón– son las vedettes de este evento que rinde homenaje a nuestras raíces gastronómicas y al mismo tiempo promueve el turismo en el partido de Baradero.


La festividad ofrece, además, números musicales, entretenimientos para todas las edades, una importante feria de artesanos en la que se exhiben los más variados productos, una exposición de autos antiguos, un espectáculo de destrezas criollas y la clásica e infaltable peña folclórica con guitarreada y baile popular.


El origen de esta celebración tuvo lugar en 2006, cuando un grupo de vecinos concibieron la realización de un almuerzo o una fiesta para desarrollar la veta turística de Santa Coloma y ayudar a las instituciones locales de esta comunidad, que desde septiembre de 2011 integra el programa Pueblos Turísticos de la Secretaría de Turismo.


Con una población de 120 habitantes, Santa Coloma es un pueblo rural que creció al calor del ferrocarril, desplegado a ambos lados del terraplén, pero que con el correr del tiempo se vio disminuido por el declive de la agricultura y la ganadería en la última década del siglo XX, y que fue prácticamente condenado a convertirse en un pueblo fantasma con la desaparición del tren como medio de transporte de carga. Sin embargo, el temple y el amor propio de sus pobladores echaron mano al ingenio –como en el caso de la creación de esta fiesta– para que Santa Coloma se mantuviera en pie a pesar de las adversidades.


Quinientos kilos de mondongo, cinco bolsas de papa y cinco de cebolla, tres cajones de morrones, porotos y garbanzos comienzan a guisarse desde muy temprano para alcanzar el punto exacto de cocción cuando se reúnen los comensales.


Por su parte las tortas fritas, hechas a mano y estiradas con palo de amasar, en cuya elaboración se emplean cuatrocientos cincuenta kilos de harina y ciento cincuenta de grasa de cerdo, se presentan con su tradicional forma redonda y aireadas en el centro.


Santa Coloma, cuna de esta celebración, es una localidad del partido de Baradero que se ubica entre la ciudad que da nombre al partido y la de San Antonio de Areco, en el norte de la provincia de Buenos Aires.


Fundada en 1912 en un territorio cuyo propietario era Carlos Santa Coloma, a partir de 1930 se la bautizó con el apellido del antiguo dueño del terreno. Con el mismo nombre se designó a la estación de esta localidad, que creció en torno al Ferrocarril General Belgrano.


Actualmente sus vías e instalaciones, recuperadas tras el abandono en que las sumió la política neoliberal aplicada durante la década de 1990, están a cargo de la empresa estatal Belgrano Cargas y Logística.


Si bien Baradero reconoce como primeros habitantes a los inmigrantes suizos que se instalaron en la región hacia 1856, arqueólogos e historiadores han aportado datos acerca de una misión franciscana en la zona donde funcionó una de las renombradas “Reducciones de Indios” en la que fueron sometidos miembros de los pueblos originarios conocidos como Guaraníes y Chanás.


La joven Fiesta Nacional del Mondongo y la Torta Frita, que va por su novena edición, fue declarada de interés nacional y de interés legislativo en la provincia de Buenos Aires. Con una convocatoria que crece año a año, en 2013 llegó a superar los ocho mil asistentes, provenientes tanto de zonas aledañas como de otras provincias.